El domingo me fui con mi marido a coger moras ¡lo pasé tannnn bien!
No hacía calor, pero estaba un día de septiembre muy agradable. Y recogimos unas cuantas moras, aunque lo mejor fue lo que nos reímos juntos y lo bonito que estaba el paisaje.
Las zarzas, las madreselvas, los pinos y los eucaliptos....todos juntos, con los helechos....¡Sólo apetece pasear!
Las zarzas siguen el flor, una flor sencilla y delicada de un rosa pálido que muchas veces pasa desapercibida, pero de una gran belleza.
De esas preciosas flores maduran las deliciosas moras, dulces, jugosas y con ese aroma a verano de la infancia....

Un entorno mágico, con pasadizos y túneles de cuento de hadas, donde la imaginación se desborda y viaja libre.
Al volver a casa nos esperaba una visita muy agradable.
En el estanque había una libélula poniendo huevos, estuvo un rato larguísimo y nos dio tiempo a hacerle una foto.
Como veis, fue un fin de semana de relax.
¡Hasta pronto!