Hay que empezar por el principio, así que eso es lo qque voy a hacer.
La primera labor a la que me dediqué durante mis vacaciones fue a "arreglar" unos sillones de bambú que tenía mi cuñado en su entrada y que iba a tirar. Me daba mucha pena que se deshiciera de ellos, porque el mobiliario de fibras naturales me hace recordar a los indianos, ya que en la mayoría de sus casas había este tipo de muebles, traídos desde América para sus casas de aquí.
No tenía ni idea de cómo poner "cara decente" a aquellas maravillas, así que me tocó labor de investigación.
Después de buscar en la web cómo limpiarlos y tratarlos me puse manos a la obra. Me llevó varios días, pero poco a poco fueron mejorando su aspecto.
Primero tuve que limpiarlos con una mezcla de agua, amoniaco y lejía. El resultado entonces ya era bastante prometedor.

Después había que darles una capa de aceite de linaza, pero con una no fue suficiente, estaban tan resecos a causa del sol que tuve que darles tres manos, después tuve que darles con un paño suave para darles brillo y la verdad es que estoy muy contenta con su aspecto final.Creo que la mejoría es evidente.
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¡Han quedado tan bien que se los va llevar mi hermana para su casa!Me falta la foto de ese momento, con los cojines que les vamos a hacer, en cuanto la tenga, os la pongo.
Pronto os contaré más cosas de las que hice durante las vacaciones.Pero mientras tanto os dejo unas cuantas fotos:


¡Hizo tan buen tiempo que las plantas se volvieron locas y se llenaron de flores en una semana!¡Hasta yo me puse morena!
Bueno chicas, la próxima vez os cuento más.