Seguidores

Visita mi tienda

jueves, 27 de agosto de 2015

¡Qué disgusto!

Este verano, a pesar del poco tiempo que pasamos en el pueblo, coloqué con toda mi ilusión mi guirnalda de libélulas en el arco del jardín.
Mis preciosas libélulas por encima de mi cabeza revoloteando.





Me gustó mucho el efecto, queda bonita tanto apagada como encendida.




Claro que yo no contaba con que el viento tenía sus propios planes. Así que este último fin de semana, cuando llegué una libélula había salido disparada y el cable se había soltado. No sé si se podrá arreglar, pero el disgusto que me llevé fue bastante grande, pero duró poco, porque enseguida se me olvidó entre mis flores.

Ahora tendré que buscar alguien (marido, padre, hermano o cuñado) que me lo arregle y volver a disfrutar de mis queridas libélulas.

Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
¡Hasta pronto!



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por dedicarme tu valioso tiempo, espero que el paseo por mi blog te haya resultado agradable.
¡Hasta pronto!